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Daniel Eide, Pedro Esquerdo, Fernando Fornés, Mireya Gil, Pablo Maroto, Miriam Quiles.
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Práctica 14. ¿Qué hemos aprendido?
A lo largo de este cuatrimestre, la asignatura «Investigación, Innovación y uso de TIC en la enseñanza de Lengua y Literatura» ha supuesto para mí una ventana abierta a nuevas formas de entender la docencia en el siglo XXI. En un contexto en el que la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso y la educación se enfrenta a retos constantes, esta materia me ha mostrado una gran cantidad de herramientas, de recursos y, sobre todo, de perspectivas necesarias para afrontar mi futura labor como docente desde una mirada crítica, creativa y adaptada a las necesidades de nuestro alumnado
Uno
de los primeros aprendizajes clave ha sido el descubrimiento y análisis de herramientas
digitales útiles para la enseñanza de la Lengua y la Literatura. Gracias a la
primera práctica, redescubrí y exploré aplicaciones como Canva, Padlet, el DLE
o Wordwall. Lo más revelador no fue simplemente conocerlas, sino reflexionar
sobre su aplicación pedagógica: cómo pueden fomentar la participación activa
del alumnado, apoyar metodologías activas como el aprendizaje cooperativo o la
gamificación y permitir un enfoque multimodal y significativo en el aprendizaje
lingüístico y literario, que es lo que nos interesa. Estas herramientas,
además, democratizan el acceso al conocimiento y ayudan a personalizar la
enseñanza, algo especialmente relevante en aulas cada vez más diversas.
En
el análisis de un blog de Lengua o de Literatura, decidí tomar de referencia el
blog «Apuntes de Lengua» de Pep Hernández erróneamente, ya que se usó como ejemplo.
A pesar de esto, di cuenta de que su blog no solo ofrece recursos educativos
innovadores, sino que representa un ejemplo de cómo un docente puede construir
una comunidad de aprendizaje más allá del aula física. El enfoque de Pep
Hernández, que mezcla rigor académico, creatividad y cercanía con el alumnado,
me provocó incluso replantearme el rol del docente como generador de contenido,
dinamizador de experiencias de aprendizaje y mediador cultural.
Complementariamente,
la práctica dedicada al análisis de un artículo de revista académica o congreso
me permitió aproximarme a la investigación en el ámbito de la didáctica de la
Lengua y la Literatura, algo que siempre me ha sido muy ajeno. Gracias a esto,
entendí la importancia de estar en contacto con la producción científica
actual, no solo como lectores pasivos, sino como futuros agentes activos que
pueden contribuir a la mejora del sistema educativo a través de la
investigación. Aprendí a valorar el diálogo entre teoría y práctica, y a mirar
las TIC no como una moda, sino como un objeto de estudio riguroso y con
implicaciones metodológicas reales.
Una
actividad que me resultó especialmente interesante fue el análisis de una
biografía literaria gráfica, en nuestro caso —con mi compañero Daniel Eide— de
la de don Miguel de Unamuno. Este ejercicio nos llevó a reconsiderar cómo
presentar la vida y obra de los autores de forma visual y narrativa, para
lograr que conecten con la conciencia y con la sensibilidad del alumnado
actual. En una línea similar, la jornada sobre juegos de mesa aplicables en el
aula evidenció que el aprendizaje también puede —y debe— ser lúdico. Explorar todo
tipo de juegos de mesa me permitió observar cómo integrar contenidos
lingüísticos y literarios en dinámicas de juego que fomenten la colaboración,
la memoria, la expresión oral y la toma de decisiones. Más allá del
entretenimiento, estos juegos se presentan como estrategias valiosas para
desarrollar competencias clave de forma transversal y motivadora.
Por
otro lado, la clase sobre los memes de Lengua y Literatura, impartida por
Sebastián Miras, fue una propuesta aparentemente ligera, pero profundamente
significativa. Aprendí que los memes, como forma de comunicación digital
contemporánea, pueden ser herramientas pedagógicas potentes si se usan con
intención crítica y creativa. Este tipo de contenido puede abrir en el alumnado
la posibilidad de conectar con los contenidos curriculares dentro de su
universo cultural.
También
fue una experiencia especialmente transformadora, que mantengo grabada en mi memoria,
el taller impartido por el Pep Hernández. Su intervención fue un ejemplo vivo
de cómo innovar sin perder de vista la esencia de nuestra disciplina. Las
propuestas que hizo de dinámicas y actividades, la manera de integrar TIC sin
forzarlas, su cercanía con nosotros mismos sin conocernos y su forma de
concebir la enseñanza como un proceso abierto, dinámico y dialogado me dejaron
una profunda huella. Comprendí que innovar no es necesariamente introducir lo
último en tecnología, sino atreverse a cambiar el enfoque, confiar en los
estudiantes y crear espacios donde el error sea parte del aprendizaje.
Por
último, hablando de algo muy en boga últimamente, llegamos al uso y alcance de
la IA. Durante la realización de la práctica sobre la educación en el año 2050,
me incitó bastante a reflexionar sobre el presente y el futuro de la educación.
La IA está ya transformando nuestras aulas: desde sistemas de corrección
automática hasta asistentes virtuales o plataformas de aprendizaje adaptativo.
Sin embargo, también plantea dilemas éticos y desafíos humanos: ¿cómo
garantizar una educación equitativa? ¿Qué papel jugará el profesorado en un
entorno cada vez más automatizado? ¿Seremos capaces de mantener el componente
humanista, literario y crítico que caracteriza nuestra materia? Estas preguntas
no tienen respuestas simples, pero sí requieren una actitud reflexiva,
consciente y comprometida, que creo haber empezado a desarrollar gracias a esta
asignatura.
En
conclusión, creo que «Investigación, Innovación y uso de TIC en la enseñanza de
Lengua y Literatura» no ha sido una asignatura más. Ha sido una invitación a
mirar la educación desde una óptica renovadora, en la que la tecnología no
sustituye al docente, sino que lo empodera; en la que el alumnado no es
receptor pasivo, sino creador activo, y en la que la Literatura y la Lengua
Castellana se enseñan no solo como contenidos, sino como experiencias vivas que
pueden cambiar la forma en que entendemos el mundo.
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